Sabrosos Champiñones Carbonara: Un Clásico con Sabor Gourmet
Bienvenidos a esta receta deliciosa y sorprendente de cheesecake salado con tomates confitados. ¿Quién dijo que los cheesecakes solo pueden ser dulces? Preparaos para una variación de la tradicional tarta de queso con un toque salado que os dejará con ganas de más.
“La vida es como un cheesecake salado, una combinación de sabores inesperados y deliciosos.”
Ingredientes
- 200 gr. de galletas saladas
- 100 gr. de mantequilla
- 1 cda. de tomillo
- 1 cda. de romero
- 500 gr. de queso crema
- 120 gr. de parmesano rallado
- 120 ml. de nata para cocinar
- 2 huevos
- Sal
- Pimienta
- 500 gr. de tomates cherry
- 1 cda. de vinagre balsámico
- Aceite Sumum La Masía
Cómo hacerlo
Paso 1: Empecemos por preparar la base de galletas. Tritura las galletas saladas hasta obtener una textura similar a la arena. Añade el tomillo y el romero para darle un toque extra de sabor. Mezcla las galletas trituradas con la mantequilla derretida hasta obtener una masa que puedas compactar. Cubre la base del molde con esta mezcla y presiona para que quede bien compacta. Refrigerar por 10 minutos para que se endurezca.
Paso 2: Mientras la base de galletas se enfría, es hora de preparar los tomates confitados. Precalienta el horno a 150º C. Coloca los tomates cherry en una fuente apta para horno y añade un generoso chorrito de aceite de oliva, el vinagre balsámico, sal, tomillo y romero. Mezcla todo bien para que los tomates queden impregnados de sabor. Hornea al baño María durante 40 minutos hasta que los tomates estén tiernos y ligeramente caramelizados.
Paso 3: Ahora es el momento de preparar la mezcla de queso. En un bol, mezcla el queso crema, los huevos, la nata para cocinar y el queso parmesano rallado. Añade sal y pimienta al gusto, recordando que los tomates confitados ya aportan un sabor levemente salado. Vierte la mezcla de queso sobre la base de galletas y asegúrate de que quede bien distribuida.
Coloca el molde con el cheesecake salado en una bandeja más grande y vierte agua caliente en la bandeja hasta que cubra aproximadamente la mitad del molde. Esto se llama baño María y ayudará a que el cheesecake se cocine de manera uniforme. Hornea a 180º C durante 15 minutos y luego reduce la temperatura a 120º C y hornéalo durante 1 hora más.
Una vez que el cheesecake salado esté listo, retíralo del horno y déjalo enfriar a temperatura ambiente. Luego, refrigéralo durante al menos 6 horas para que se asienten los sabores y la textura.
Este cheesecake salado con tomates confitados es una auténtica delicia para los amantes del queso y los sabores salados. La combinación de la base crujiente de galletas saladas con el suave y cremoso relleno de queso, complementado por los jugosos tomates confitados, es simplemente irresistible. Sorprende a tus amigos y familiares con esta receta única y despierta su curiosidad culinaria. ¡Atrévete a probar algo diferente y disfruta de este cheesecake salado que te dejará con ganas de repetir!